¿Harías intercambio de pareja? Ambato: parejas swingers una práctica sexual que se expande en la ciudad
A pesar que esta es una práctica poco conocida. La comunidad de las parejas swingers han ganado espacio en Ambato.
Dos parejas y una mujer comienzan a compartir tragos en una sala, ella es la invitada, bailan entre las chicas, luego se unen los hombres, deciden pasar a la habitación y aquí comienzan a desnudarse; cambian de parejas, por instantes las tres mujeres interactúan entre ellas mientras los hombres miran.
Al final todos ríen, se visten, continúan la velada como si no hubieran compartido la cama y sus esposas, cuando se miran en la calle saludan como si fueran grandes amigos y comparten espacios en donde todo se desarrolla de forma normal.
Estas parejas son de Ambato, su edad va entre los 23 y 35 años, todos son profesionales, administran empresas, tienen maestrías, nada los delataría como personas que están dentro del ambiente swinger, palabra que sirve para denominar a las personas casadas o comprometidas que de forma consensuada mantienen relaciones sexuales con otras personas.
El ‘swinging’ es una filosofía sexual que nació en la década del 60, del cual poco se ha hablado, pero que desde el nuevo siglo ha ido tomando más espacio en reportajes, documentales y hasta libros que hablan y exploran las diferentes aristas de este modo de vivir.
--Experiencias--
Pablo y Lucía (nombres protegidos) son esposos y viven en Ambato, llevan cinco años de casados y cuentan que llegaron a la conclusión que quieren ser parte de esta práctica, luego de varias conversaciones en las que hablaron sobre sus fantasías, deseos y curiosidades.
“Yo creo que esto fue apareciendo a la par de la madurez tanto personal como de pareja, nació de conversaciones incómodas que nadie quiere tener, una conversación de panas, amigos, de noches de confesiones y de contar experiencias pasadas y deseos reprimidos”, cuenta Lucía.
Llegan a un acuerdo, por esta noche Lucía irá con su pareja amiga y será ‘mimada’, ellos la recogen desde su casa, sale maquillada, arreglada y perfumada, saludan, pasan por una botella de vino y deciden que irán a un motel, en la radio suena una canción que todos cantan en el camino.
Adentro comparten una copa de vino se meten los tres al jacuzzi, todo es consensuado, Pablo sabía de esto y pidió a su esposa que se guarde todos los detalles para que se los cuente cuando llegue a casa. Después de tres horas salen del motel y juntos van por comida, bromean sobre lo que pasó y al final dejan a Lucía en su casa.
“Con Pablo hablamos de lo que sucede cuando la pareja tiene algún tipo de deseo o fantasía que no se atreve a confesar, llegando a la conclusión que es ahí donde puede nacer una infidelidad, pienso que no es lo mismo tener una conexión sexual, sentimental, amorosa, etc., a querer experimentar un deseo sexual y nada más”, cuenta Lucía.
--EL DATO--
Uno de los principios clave de la cultura swinger es el consentimiento. Todas las actividades sexuales se basan en acuerdos explícitos y consensuados entre todas las partes involucradas.
--Celos--
Adrian y Carolina (Nombres protegidos) son otra pareja de Ambato que decidieron desde hace algún tiempo tener la práctica del swinger, todo comenzó cuando hablaron de sus fantasías y de qué cosas estarían permitidas dentro de su relación, al hablar de celos afirman que cuando es consensuado nada se mal entiende y que se convierte en una situación excitante.
“Es como un juego de confianza y placer, donde al hacer cosas fuera de lo común o ‘no bien visitas’ aumenta el placer, no me ha dado celos por qué es algo que queremos en ese momento, es aceptado y como una especie de permiso, al contrario aumenta el placer sexual en ese momento”, afirma Carolina.
En este mundo todo debe ser consensuado entre las parejas o con la persona que en ese momento acepta el juego, hay distinta terminología, que para quienes no conocen del swinger resultan raras, por ejemplo están las ‘unicornio’ que son chicas sin pareja que buscan tener un encuentro con una pareja de esposos, o los singles que son hombres solos que se prestan para ser el tercero dentro de una relación sexual.
Dos parejas se reúnen, preparan cocteles en casa de una de ellas, comparten música, hablan de su trabajo diario, en un momento comienzan a jugar ‘verdad o desafío’ de apoco los retos se ponen más atrevidos, ‘besos de tres’, besos al esposo de la otra, hasta que intercambian la pareja, mantienen relaciones sexuales en el mismo lugar.
Al terminar la noche se van para su casa, todos siguen siendo responsables en sus trabajos, profesiones y familias, tal vez hasta son sus compañeros de trabajo, porque el estilo de vida swinger es una práctica en el que están inmiscuidos personas de toda clase social, nivel de educación o religión.
--Tabú--
En Ecuador es una práctica que aún es un tabú y más en Ambato donde no existe una comunidad como en Quito, aquí son pocas las parejas que se anuncian en redes, grupos de Whatsapp, los encuentros son en casas, mientras que en la capital ya existen hasta clubs especializados donde las entradas pueden llegar a costar 50 dólares o más.
Para muchos el pensar que tu pareja mantenga relaciones sexuales mientras tú lo ves sería motivo de celos, pero quienes se encuentran dentro de este mundo cuentan que esto es parte de entender el amor más allá del sexo.
“Precisamente la dinámica se trata de que exista placer, si existirían celos dejaría de ser placentero y se volvería muy incómodo. Para poder disfrutarlo debe ser una decisión en conjunto sin involucrar sentimientos”, cuenta Lucía.
Pablo recalca que debe existir confianza dentro de la pareja, porque puede caer en la malinterpretación y hasta en los celos. “Puede afectar a una de las dos partes, ahí va mucho de las reglas de los dos lados para que no se rompa la confianza”, comenta.
En Ambato los encuentros siguen siendo en casas, moteles, hoteles, las infidelidades no existen pues van más allá de la carne, no es poliamor porque eso es otro capítulo dentro del comportamiento humano. (AVI)
Fuente/: Diario La Hora
#LtgaInfo