Batalla de Pichincha: Historia, Consecuencias y mucho más
Con la Batalla de Pichincha no solo logró el Ejercito Patriota la independencia de Quito y la libertad del Ecuador, sino que se abrieron las puertas al Perú para su emancipación y posterior liberación total de América del dominio español.
La Batalla De Pichincha
Introducción
El 24 de mayo de 1822 se libró la Batalla de Pichincha en la cual se enfrentaron el ejercito patriótico dirigido por Antonio José de Sucre y los soldados realistas encabezadas por Melchor Aymerich. La confrontación ocurrió en las laderas del volcán Pichincha, en Quito, actual Ecuador. Las fuerzas patriotas contaron con 2900 soldados, en gran parte grancolombinos (escuadrones Paya, Magdalena y Yaguachi) y peruanos (escuadrones Trujillo y Piura). Igualmente participaron argentinos e ingleses. Al tanto que 3000 soldados configuraban el bando realista.
Sucre había conducido su ejercito desde Guayaquil hasta Quito, con el plan de arrojar a los españoles de esta ciudad. Tras cuantiosas carencias alcanzó las orillas del volcán Pichincha el 23 de mayo de 1822. En horas nocturnas mando a ascender y en la mañana del 24 de mayo ya habían obtenido una altura aceptable. Pero fueron divisados por los españoles quienes subieron al volcán para confrontarlos.
El triunfo patriota en Pichincha posibilitó la emancipación de Quito y su unión a la República de Gran Colombia, cuyo mandatario era Don Simón Bolívar. El Libertador realizo su entrada triunfal a Quito en fecha posterior, el 16 de junio de 1822.
Antecedentes
Hubo una serie de acontecimientos previos al desarrollo de la Batalla de Pichincha que pueden considerarse cruciales. No solo por el momento de su ejecución sino por el peso que tales hechos proporcionaron para que este desenlace ocurriese y con el resultado que se produjo.
La Batalla De Pichincha
Causas
La ciudad de Guayaquil en 1820 decretó su emancipación del dominio al que lo sometía España. Las aspiraciones de independizarse se diseminaban mas y eran mas abiertamente admitidas. Se organizó un consejo gubernamental autorizado para verificar que la institucionalidad de la ciudad fuese sustentada. A ello se agregaba la misión de llevar apoyo a otras poblaciones para que se sublevaran por su independencia.
El auxilio que proveyeron Simón Bolívar y Antonio José de Sucre en la lucha por la independencia fue crucial. Simón Bolívar, que para entonces era el presidente de la República de Colombia, se encargaba de remitir suministros y equipo de guerra. Al tanto Sucre dirigió operaciones que, aunque fueron fracasos para el bando patriota, moldearon las bases para la organización del estado Ecuatoriano.
Cinco meses antes de librarse la batalla, Sucre se dedicó a formar una milicia de unos 3000 hombres. Unos ya tenían una adecuada experticia militar, ya que habían luchado junto al prócer en otras batallas. Sin embargo, a esta contienda por la libertad se sumaron irlandeses, británicos, venezolanos, franceses, españoles y neogranadinos.
Por otro lado, la soberanía de los países americanos era ya una realidad, todo transcurría en solo unas pocas décadas de grandes manifestaciones de independencia (1811 Venezuela, 1816 Argentina, 1809 Ecuador, 1821 Perú, 1810 México, etc.).
Otra factor de gran influjo fue la decadencia de España ocasionado por un proceso de biología política de sencillo razonamiento. Este reino hace un esfuerzo inconmensurable a través de finales del siglos del XV hasta principios del XVII en que combate en todos las esquinas de la tierra: en África y en Flandes, en América y en Oceanía en Asia y los mares.
Así como la pugna contra los moros y contra los heréticos protestantes; contra el turco y el inglés, el francés y el flamenco; y, al unisono, manda miles de sus hijos para fundar nuevos mundos en terrenos hostiles que se tragan a quienes atreven a cruzar sus caminos.
Se puede establecer que la operación militar por la emancipación de la Presidencia de Quito se inició el 9 de octubre de 1820, luego que la ciudad costanera de Guayaquil aclamó su autonomía de España tras una breve y poco violenta rebelión contra la cuartel local. Los cabecillas de la rebelión fueron militares peruanos y venezolanos de la tropa colonial, en conjunto con personalidades cultas y nacionalistas lugareños.
Por lo anterior se pudo formar una junta de gobierno y una milicia con el fin de resguardar la ciudad y divulgar la corriente de independencia a otras regiones de la Presidencia. Hasta esos momentos, el desarrollo de las confrontaciones de emancipación en América del Sur se habían tornado en contra de España.
El triunfo de Simón Bolívar en la Batalla de Boyacá marcó la autonomía del Virreinato de Nueva Granada, a la vez que en el sur José de San Martín arribó con sus tropas al litoral peruano en septiembre de 1820.
La Batalla De Pichincha
Campaña Previa a la Batalla de Pichincha
Para enero de 1822 Sucre ya había predispuesto su nueva maniobra. Su tropa estaba compuesta de alrededor de 1.700 hombres, sumados los veteranos de confrontaciones previas y noveles soldados. Se encontraban allí hombres de las tierras bajas de la Región de Guayaquil y aquellos espontáneos provenientes de la Serranía, como el valiente de Cuenca Abdón Calderón, cuyo progenitor falleció de modo heroico en 1812, en defensa del Estado de Quito.
Las dos partes pronto fueron denominados como el Batallón Yaguachi; se sumaban igualmente tropas neogranadinas y venezolanas remitidas por Simón Bolívar, unos oficiales y soldados realistas que abandonaron su bando, un escuadrón completo de voluntarios ingleses (el Albión) e inclusive algunos irlandeses y franceses.
El 18 de enero la milicia patriótica se encaminó a Machala, en la región llana. En fecha 9 de febrero, luego de cruzar los Andes, Sucre ingresó al poblado de Saraguro, donde su tropa se aunó a los 1.200 hombres de la División peruana, el aporte con el cual San Martín se había comprometido. Este destacamento (Expedición Auxiliar de Santa Cruz a Quito) estaba compuesta en su mayor parte por reclutas del Perú, aunque había igualmente de Argentina y del Alto Perú (Bolivia).
Destacan entre muchos, Andrés de Santa Cruz nacido en el Alto Perú (actual Bolivia), oficiales de Argentina como Félix Olazábal, Francisco Villa, ambos infantes y Antonio Sánchez de Caballería y un batallón del Regimiento de Granaderos a Caballo de los Andes (argentino) comandado por Juan Lavalle. Al confrontar esta avanzada multinacional de cerca de 3.000 hombres, el ejercito Realista de caballería con 900 hombres, que protegía Cuenca se replegó al Norte, para luego ser acosado de lejos por la caballería patriótica.
La Batalla de Pichincha
El 21 de febrero de 1822, la ciudad de Cuenca fue retomada sin necesidad de disparar un solo tiro. A lo largo de marzo y abril, los Realistas siguieron su marcha al Norte, evitando exitosamente cualquier enfrentamiento con la caballería patriótica. No obstante, el 21 de abril ocurrió un fiero encontronazo entre los batallones de caballería en Tapi, próxima a Riobamba. Los Realistas, al termino del día, tuvieron de nuevo que retirarse, a la par que la tropa principal de Sucre capturó Riobamba, donde permaneció hasta el día 28, previo a la retoma de su travesía hacia Quito.
24 de mayo
En esta fecha del año 1822 se celebró la batalla por la cual se alcanzó la emancipación y libertad de la patria del Ecuador. En esta contienda se enfrentaron el ejercito español del Gral. Melchor Aymerich y el bando patriótico comandado por el Gral. Antonio José de Sucre.
Preparativos
Tras una demoledora campaña militar que se inició en Guayaquil a principios de 1822, a mediados de mayo ya Sucre se acercaba a la población de Quito. Para eludir un encuentro con los españoles, mandó que sus tropas rodearan al enemigo, escalando las heladas laderas del volcán Cotopaxi, hasta resurgir el 16 de mayo en el hermoso valle de los Chillos. En ese mismo día, al predecir la maniobra de Sucre, los realistas se retiraron y se trasladaron a Quito, ganando control de las mas significativos caminos del sur de la población.
Sucre rebasó la montaña de Puengasi, tras eludir los lugares de avances de Aymerich. Para la fecha del día 21, la milicia republicana bajó al llano Turubamba y propuso lucha a los realistas, los cuales opusieron resistencia dado sus ubicaciones inquebrantables. Tras intentar distintas tácticas, Sucre movió sus soldados al pueblo de Chillogallo, localizado a 1.600 metros de los emplazamientos enemigos.
En la noche del 23 al 24 de mayo, Sucre desplazó su división con la intención de asediar al valle de Iñaquito, al norte de Quito; el cual, ademas de buen terreno estaba ubicado entre Pasto y Quito. Al amanecer y sin notarlo Sucre, los centinelas ubicados cerca de Quito observaron al ejercito patriota subiendo por las faldas del Pichincha. Aymerich, reconociendo la tentativa de Sucre de flanquearlo tras el ascenso al volcán, mandó a su tropa de 1894 soldados a subir la montaña prontamente para confrontar allí a Sucre.
Tras rebasar un trayecto nada regular, la vanguardia de Sucre arribó a las 8 a.m. del día 24 a las proximidades del Pichincha. Se mantuvo atrás el arsenal bajo la protección del escuadrón Albión. A las 9:30 a.m., la agrupación de cazadores del pelotón Paya, hizo contacto con una compañía realista.
Al calor de la Batalla
Fue justamente a esa hora que se dieron las primeras detonaciones. Desde el principio de la lucha, el escuadrón Yaguachi y su líder el Coronel Antonio Morales, en denodada lid, agotaron sus cartuchos y debieron pasar a las bayonetas. Ondeaba el azul y blanco de la enseña portada por el juvenil teniente Abdón Calderón. Sobre estas escuadras recayó lo más duro de la contienda hasta el arribo de Mires con el resto de la infantería.
Al conseguirse en un sitio de batalla tan poco posible, los dos generales en comando solo tomaron la alternativa de enviar poco a poco sus ejércitos al frente. En las empinadas faldas del volcán Pichincha era escaso el espacio para maniobras al encontrarse solo hondos barrancos y espesos matorrales.
La Batalla De Pichincha
Los soldados del Paya, tras reponerse del impacto inicial, tomaron renovada posición frente al ataque enemigo, en espera del escuadrón Trujillo. El alarmado Sucre, en espera de que los realistas se encuentren más agotados que su propio ejercito, mandó al escuadrón Yaguachi, constituido por ecuatorianos. El escuadrón Alto Magdalena intentó flanquear, pero no pudo dado lo infructuoso del terreno.
En el brusco enfrentamiento los escuadrones de los patriotas lucharon con valentía, pero contaban con insuficientes municiones y soportaron muchas bajas por las descargas de los adversarios. En lo sucesivo los escuadrones Paya, Trujillo y Yaguachi (patriotas), tras sufrir muchas perdidas y con escasas municiones, iniciaron el repliegue.
Momento de Decisión
El rumbo de la lucha para los patriotas lucia dependiente del escuadrón Albión, que resguardaba el arsenal tan necesario; no obstante no se conocía su localización. Al avanzar el tiempo, los españoles lucían con mayor control del combate. El escuadrón Trujillo fue forzado al retroceso, al tanto que el escuadrón peruano Piura se diseminó antes de afrontar al adversario. Ante la desesperanza, a los soldados de reserva del escuadrón Paya se les mandó embestir al enemigo con sus bayonetas.
Tras experimentar muchas bajas en las dos facciones, la situación se inclinó a estabilizarse para los patriotas. Aun así, Aymerich, en su plan estratégico de ascenso al Pichincha, excluyó de su grupo de ataque principal al escuadrón Aragón, mandándole subir a lo mas alto del volcán. El plan era desde allí asaltar a los patriotas por la zaga, quebrando sus líneas cuando fuese la ocasión señalada.
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El escuadrón Aragón se distinguía por ser el mejor de toda la tropa española. Estaba constituido por veteranos participantes tanto en la Guerra por la Independencia de España así como en otras contiendas en América del Sur, y justamente ahora se encontraba lista para el ataque sobre la tropa patriótica.
La fortuna se puso del lado Patriota, al momento en que el Aragón cargaba sobre su decaída línea, justo al momento en que el escuadrón Albión se incorporó súbitamente en la contienda. Esto se logró puesto que el Albión pudo adelantarse a una ubicación mas elevada que la de los realistas. A continuación, el escuadrón Magdalena se aunó a la batalla, y el Aragón tras experimentar grandes perdidas, se disgregó.
Córdoba aceptó la orden de sustituir al escuadrón Paya por el Magdalena con el cual acometió contra el enemigo, hasta hacerle perder el control y vencerlo. Cercano era el mediodía cuando ya Sucre había conseguido el triunfo. La consecución de éste fue gracias a los escuadrones Paya, Yaguachi y Albión, y fue luego conducido hasta la misma población de Quito. Los realistas, carentes de posibilidad de respuesta ante esos logros, se refugiaron en la fortaleza del Panecillo, y hasta ese lugar Sucre les envió la propuesta para su rendición.
Al inicio del día 24 de mayo, en las faldas del volcán Pichincha y recibiendo como galardón la libertad, la ciudad de Quito con sus 60.000 pobladores fueron exaltados testigos del momento de mayor gloria en su historia.
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La Capitulación
El 25 de mayo de 1822 se firmó la Capitulación entre Melchor Aymerich, general de la milicia española, y Antonio José de Sucre, general de brigada del Ejército Colombiano y comandante en jefe de la División del Sur de la República. Aymerich designo como encargados a los coroneles Francisco González y Manuel María Martínez de Aparicio, y teniente coronel Patricio Bray.
Sucre, asignó como encargados de la milicia patriótica a los coroneles Andrés Santa Cruz, jefe de las tropas del Perú, y Antonio Morales, jefe de Estado Mayor de la División Libertadora. El importante registro fue certificado y autorizado, para que sea cumplido en todas sus apartados de manera fideligna y rigurosa. La batalla del Pichincha ocurrida el 24 de mayo de 1822 confirmó la emancipación del territorio de la Presidencia de Quito, y se constituyó en otra buena señal para las acciones a tomar en favor de la liberación del continente.
Este triunfo sacudió al dominio español de la presidencia de Quito, que el día 29 se constituyó como miembro de la Gran Colombia, a excepción de la población de Guayaquil.
Personajes Importantes
Antonio José de Sucre: Nacido el 3 de febrero de 1795. Proveniente de una familia de dinero y con raigambre militar. Fue presidente de Bolivia, político y diplomático. En las contiendas por la emancipación de América obtiene los títulos de Gran Mariscal de Ayacucho y Comandante del Ejército del Sur.
Melchor Aymerich: Nacido en la población de Cueta, España el 5 de enero de 1754. Ejerció la jefatura por un año de estado provisorio de Quito, desde 1816 a 1817, constituyéndose en el ultimo regidor de España en esta población.
Abdón Calderón: Nacido el día 30 de julio de 1804. Se le reconoce como un héroe de guerra, pues fallece luego de ser letalmente herido por cuatro disparos en la batalla de Pichincha en 1822. Tras su muerte fue promovido al rango de capitán por Simón Bolívar.
Simón Bolívar, El Libertador: Uno de los Próceres de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia
Andrés de Santa Cruz: Comandante en jefe de la división de Perú del ejercito liberador.
Daniel Florencio O’Leary: Teniente Coronel del ejercito de liberación.
John Mac Kintosh: Oficial perteneciente al ejército británico a las ordenes del Ejército de Venezuela y Colombia en la Guerra de Independencia.
Félix Olazábal y Francisco Villa: oficiales de Argentina que pelearon por la libertad de Quito.
José María Córdova y Hermógenes Maza: Militares colombianos de relevante actividad.
Consecuencias de La Batalla de Pichincha
Aunque se considere como un contienda de menor importancia, fue mediante de la Batalla de Pichincha, que la totalidad de la tropa realista localizada en la población de Quito reconoció su derrota entregando las armas que poseían. Igualmente se procedió a la rendición de todo el ejercito español establecido en el territorio que Colombia llamaba“Departamento de Quito”
Se documentaron 200 muertos y 140 heridos del lado patriota y 400 muertos y 1190 heridos del bando español. Ecuador obtiene su emancipación y Quito llega a formar parte de la Gran Colombia el 29 de mayo de 1822. Guayaquil pasa a formar parte de Colombia el 13 de julio de 1822.
La Batalla de Pichincha
¿Qué Importancia Tuvo?
La aspiración suprema del Libertador Simón Bolívar de liberar a América atesoró un significativo resultado el 24 de mayo de 1822. La Batalla de Pichincha fue el momento en que el Ejército Patriótico, comandado por el prócer venezolano Antonio José de Sucre, forjo el camino para el nacimiento de la República de Ecuador.
La emancipación de Quito le abrió al Ejército Patriótico las puertas al Perú, lo que posibilitaría su posterior liberación del dominio Español y un conquista más de la hazaña independentista.
El sacrificio de Abdón Calderón
La Batalla de Pichincha fue el espacio para el sacrificio por su país de uno de los más relevantes héroes del Ecuador, el nativo de Cuenca de 18 años Abdón Calderón. Calderón, cuyo progenitor fue el coronel cubano Francisco Calderón, paladín del Estado de Quito de 1812, habitaba en Guayaquil y se enroló en la milicia de extracción ecuatoriana que participaron en la Batalla.
Calderón, no obstante ser blanco de 4 heridas de bala, optó por quedarse inmóvil a pesar del fuego cruzado, animando a todo su escuadrón y elevando sin descanso la que hoy es la enseña celeste y blanco de la población de Guayaquil. Al finalizar la fiera contienda fue llevado a la ciudad de Quito, donde falleció luego de catorce días, el 7 de junio de 1822.
Antonio José de Sucre en su breve anuncio de la Batalla de Pichincha, con fecha 28 de mayo del 1822 señala:
” […] hago una particular memoria de la conducta del Teniente Calderón, que habiendo recibido sucesivamente cuatro heridas, no quiso retirarse del combate. Probablemente morirá, pero el Gobierno de la República sabrá compensar a la familia los servicios de este oficial heroico”.
Al llegar Simón Bolívar a la población de Quito y se le dio parte de estos hechos, promovió póstumamente a Calderón al grado de capitán y ordenó que su paga fuese dada a su madre. La compañía del escuadrón Yaguachi de la que formó parte Calderón no tenía capitán y en las paradas militares, al decir su nombre, la tropa debería replicar: “Falleció con gloria en Pichincha, pero vive en nuestros corazones”. La costumbre se sustenta hasta hoy en día en el Ejército de Ecuador al nombrarle como dispuso Bolívar al momento de pasar lista a los batallones.
Frases
“Cuatrocientos cadáveres enemigos y doscientos nuestros han regado el campo de batalla… además tenemos 190 heridos de los españoles y 140 de los nuestros… Los cuerpos de todos han cumplido su deber: jefes y oficiales y tropas se disputaban la gloria del triunfo. En tanto, hago una particular memoria de la conducta del teniente ecuatoriano Abdón Calderón, que habiendo recibido sucesivamente cuatro heridas, no quiso retirarse del combate. Probablemente morirá, pero el Gobierno de la República sabrá recompensar a su familia los servicios de este oficial heroico”.
Antonio José de Sucre, 1922
“Desde el comienzo del combate, el Yaguachi y su comandante el Coronel Antonio Morales, en denodada lucha, agotaron los cartuchos y los reemplazaron con la bayoneta. Tremolaba el azul y blanco de la bandera conducida por el joven teniente Abdón Calderón. Estas unidades sostuvieron lo más recio del combate hasta la llegada de Mires con el resto de la infantería”
Dr. M. A. Peña Astudillo.- 200 Años y una Vida, p. 220
“¡Colombianos! Ya toda vuestra hermosa patria es libre. Las victorias de Bomboná y Pichincha han complementado el trabajo de vuestro heroísmo. Desde los bordes del Orinoco hasta los Andes del Perú, el ejército libertador, avanzando en triunfo, ha cubierto con sus armas protectoras toda la extensión de Colombia”.
Simon Bolivar
La Batalla de Pichincha
Poema
Uno de los mas hermosos poemas brindados en conmemoración de la Batalla de Pichincha esta escrito por Karina Galvez. Alli se nos presenta una relación completa de los eventos ocurridos a lo largo de la contienda, al parecer sin dejar nada por fuera. Todos los personajes y agrupaciones patriotas fueron destacadas de manera fiel a través de esta poesía, resaltando el sentido de unión que les acompaño a través de los momentos cruciales.
La hermandad de las tropas de distintos orígenes se revelo como elemento de importancia a la hora de enfrentarse no solo al potente adversario sino a las inclemencias del tiempo y el abrupto y limitante territorio de pelea. Con una rima sencilla pero precisa, Karina no pierde de vista el papel jugado por la dirección de Sucre y el sacrificio de Abdon, en un lid fiera, donde la recompensa para tal esfuerzo era la libertad para el Ecuador.
Leyenda
Se cuenta que en el Convento El Tejar de Quito, el día 24 de mayo de 1822, algunos de sus miembros religiosos se alistaron a dar apoyo espiritual a los cuantiosos heridos de ambos bandos provenientes del campo de Batalla de Pichincha. Tanto patriotas como realistas se encontraban en los matorrales del cerro a pesar de no haber participado en batalla, cuando el Reverendisimo Padre Fray Antonio Albán remitió a sus frailes para ayudar a los caídos.
La Batalla de Pichincha
Se asignaron a tres religiosos para ejecutar la solicitud de un oficial de Su Excelencia el señor General Antonio Jose de Sucre para que diesen auxilio a un desdichado joven que no pasaría de los dieciocho años llamado Abdon Calderón, que tenia su cuerpo sangriento y despedazado. Fue bajado desde la cuesta de la montaña en una ruana aun con vida y llevado al convento donde hubo que darle los sacramentos.
Igualmente se cuenta que fue a las dos y media de la madrugada del día 25 cuando se reconoció su muerte. Fue retirado del convento y llevado a la ciudad al Hospital de la Misericordia. A los días el cadáver del referido joven, luego de ser traído del hospital, fue sepultado en la catacumba de la capilla de San José.
Otro relato señala que ese 25 de mayo se sepultaron en la fosa colectiva mas de 200 cuerpos de soldados sin diferenciar su bando. Se refiere otra narración señalando que en las torretas de este convento ondeó por vez primera el estandarte colombiano tras la contienda de Pichincha. Sucre se habría hospedado en la noche de 24 en una celda del convento, y el día 25 ofreció un ceremonioso Te Deum para dar gracias a la Virgen de La Merced por su triunfo del día anterior.
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